Ocio, tiendas y mucha naturaleza, la increíble postal de Suiza. (Foto: Envato)

Viajar a Suiza en verano, estampas inolvidables y rincones con encanto

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Aunque no muchos se decantan por este destino, lo cierto es que Suiza es uno de los destinos más bonitos que se pueden visitar. Y lejos de la primera imagen que viene a la cabeza, con su temporada invernal y chimeneas encendidas, lo cierto es que este país también es perfecto para el verano. 

Basilea, Ginebra o Zúrich son algunos de esos lugares que se deben visitar. Estas urbes son consideradas ciudades boutiques, entornos con encanto que, en poco espacio, ofrecen una gran oferta de museos, restaurantes, actividades de ocio y tiendas. También hay que tener en cuenta que están dentro del la lista más top de turistas por su calles variopintas y sus casas con encanto.

Por ejemplo, Basilea es la ciudad universitaria más antigua del país y está situada a orillas del Rhin. Los viajeros pueden disfrutar paseando por su casco antiguo medieval y de sus 40 museos entre los que destacan el Kuntmuseum y las pinturas que dejó Picasso. 

En Ginebra es obligado visitar la casa del filósofo Jean-Jacques Rousseau, el lago Lemán o dar un paseo por el caso medieval, con calles adoquinadas y tiendas de antigüedades. Zúrich, por su parte, es algo más que un centro financiero, es una de las ciudades romanas más antiguas del país y lugar donde se ubica la Ópera, referencia para el ballet y donde se estrenan las obras más importantes. 

Asimismo, otro de los aspectos que más llama la atención de Suiza es su naturaleza. No hay ciudad en Suiza que no cuente con un río o arboleda cerca de sus calles. Y es que una de las características de este país es convertirse en el encuadre perfecto para una postal: montañas, valles.. y los innumerables picos alpinos que posee. Todo es una maravilla. 

Una buena forma de realizar una primera aproximación es el itinerario Lucerna, Interlaken y Montreux. Si Suiza es el corazón de Europa, Lucerna lo es de Suiza. Ubicada a solo media hora de Zúrich, esta ciudad boutique sintetiza los encantos helvéticos en sus callejuelas, monumentos y puentes llenos de flores. Interlaken es la puerta a la naturaleza, rodeado de lagos y los paisajes más típicos del país. 

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