Las sendas que seguían los peregrinos extranjeros en el Camino de Santiago

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El Camino Francés 

Es posible hacer el Camino de Santiago desde Francia, si lo iniciamos en la encantadora localidad de Saint Jean Pied de Port, ya que el siguiente punto es la igualmente preciosa Roncesvalles, parte ya de la Península Ibérica. Ambas se encuentran muy próximas a los Pirineos. Existen otros lugares desde los que es posible comenzar el viaje, destacando ciudades como Lugo y pueblos como la aldea montañesa de O Cebreiro, a lo largo de las 33 etapas de 25 km cada una que componen el Camino Francés, un total de 760 km, a lo largo de los cuales hay hasta ocho rutas opcionales que pueden ser transitadas en lugar de la convencional, dependiendo de la preferencia de quien viaja.

Si realizamos el recorrido completo cruzaremos hasta ocho provincias españolas: Navarra, Huesca, Zaragoza, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y A Coruña. Por todo el camino contaremos con una infraestructura de alojamiento excelente y variada, fruto del hecho de que estamos hablando de la senda mejor establecida y más frecuentada, permitiendo por ejemplo ocasionales encuentros amistosos con otros viajeros, si bien esto no resulta excesivo, por lo que conforma un punto a favor más.

En lo que respecta a la herencia histórica en que permite sumergirse, los peregrinos pueden disfrutar del embrujo medieval visitando castillos templarios y hermosos monasterios, admirando la arquitectura románica y gótica, además de gozar de la mágica atmósfera celta que impregna sus frondosos bosques, alegres ríos y misteriosas montañas.

El Camino Inglés

El mar que nos separaba tampoco era impedimento para que peregrinos de Gran Bretaña e Irlanda se desplazaran hasta un punto adecuado desde el cual poder hacer el Camino. Este lugar fue la ciudad de Ferrol, donde hoy en día también se puede iniciar el Camino Inglés que aquellos transitaran tanto tiempo atrás.

 Aunque esta senda es la escogida por bastantes viajeros, lo cierto es que no goza de la fama del Camino Francés, lo que por ejemplo se ve reflejado en el hecho de que cuente con una única ruta, eso sí, de lo más disfrutable, puesto que al transitarlo se visitan localidades preciosas y antiguas con un gran calado histórico, todo ello además para completar los tramos finales a través de zonas privilegiadas de la hermosa Galicia, admirando su campiña y tierras boscosas.

El Camino Portugués

Un dato relevante acerca de este camino, el cual comienza en la capital portuguesa de Lisboa, es que en tiempos recientes está viendo incrementada su importancia, ya que si bien no es tan transitado o afamado como otros, dispone de paisajes maravillosos y de una profundidad cultural estupenda, además de una infraestructura de alojamiento a lo largo de la costa de Portugal que nada tiene que envidiar al Camino Francés.

 Antes de llegar a suelo español es posible visitar enclaves tan atractivos como uno de los bastiones finales con que los árabes contaron en la Península, Santarem, la segunda ciudad más eminente del país (y Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO), Porto, o la reconocida por su espléndida universidad que data de hace más de ocho siglos, Coimbra.

Ya entrando en España, llegamos al bello Tui, con su famosa catedral y centro histórico. Más adelante, el Camino de Santiago desde Tui da la oportunidad de visitar Pontevedra, que entre otras maravillas alberga la Iglesia de la Virgen Peregrina. También podremos pasar por Arcade, ciudad de la costa gallega cuyo festival de ostras anual es muy conocido y celebrado, así como tendremos ocasión de saborear el delicioso vino blanco Albariño en las Rías Baixas y detenernos en la ciudad de nacimiento del ampliamente reconocido poeta Rosalía de Castro, Padrón.

Por si esto fuera poco, en lo que se refiere al aspecto más rural del viaje el Camino Portugués no se queda atrás en su etapa española, viéndose envuelto a lo largo de su recorrido por tradicionales tierra de cultivo, encantadores pueblecitos gallegos y hermosos bosques.